jueves, 14 de febrero de 2013

Nace un expapa

El Papa Benedicto XVI al momento de hacer pública su renuncia

Por primera vez en casi 600 años un Papa renuncia al máximo cargo de la Iglesia Católica, casi 800 años de hecho, desde la última renuncia completamente voluntaria.  

Una circunstancia prevista por el Derecho Canónico sin que dejara de ser inconcebible para muchos en la Iglesia Moderna en la que se daba por descontado que el máximo jerarca de la Iglesia Católica permanece en su cargo hasta su muerte.

¿Cómo debe llamarse al papa saliente?  La denominación de 'expapa' aunque aceptable siguiendo las reglas idiomáticas supone cuestiones que van más allá del tratamiento que a partir de ahora recibirá Joseph Ratzinger quien ha decidido retirarse de su cargo aduciendo que le faltan fuerzas para seguir ejerciendo su pontificado.

No deja de sorprender sin embargo, que una Iglesia a la que se le acusa de ser inamovible en temas en los que la sociedad ya ha cambiado esté adaptándose a esta situación anómala en la que por primera vez se llevará a cabo un cónclave estando con vida el papa que antecederá al que resulte electo desde 1294. 

Desde su renuncia formal, mucho se ha especulado sobre el posible papel del papa saliente y de su influencia en la elección y posterior pontificado de su sucesor.  ¿Se mantendrá al margen cuando sea cuestionado sobre la opinión que le merezca el liderazgo de su sucesor?

Y a pesar de que no haya fallecido, los medios de comunicación ya hablan del final de una obra como si se tratara de un obituario, presentando lo que fue el papado de 7 años de Benedicto XVI.

Presentamos aquí el análisis de Israel Calderón.  Habemus ex Papa:

Con el anuncio de Joseph Ratzinger de dimitir como Papa a partir del próximo 28 de febrero a las 8 de la noche, hora de Roma, se abre un capítulo más de la milenaria historia de la Iglesia católica, al tener entre sus filas a un ex papa, algo que no sucedía en cerca de 600 años atrás. 
Benedicto XVI, como se hizo nombrar para ocupar la silla que dejo vacante con su muerte el carismático líder polaco, Juan Pablo II, deja de fungir a partir de esa fecha como jefe de Estado Vaticano y máximo representante del catolicismo mundial, agobiado por un estado de salud disminuido y, desde luego, por los complejos problemas que pesan sobre la Iglesia apostólica y romana.
Calificado en su momento por académicos y gente enterada de los temas del Vaticano como un Papa de transición, el cual duraría poco tiempo en el trono, en comparación de su antecesor y otros Papas de la historia, Benedicto XVI, sin lugar a dudas, dejo el terreno listo para influir en la designación de su sucesor, el cual será nombrado en el llamado Cónclave al cual asisten todos los cardenales del mundo.
La mayoría de ellos, de los cardenales con voz y voto, fueron designados en el periodo papal de Ratzinger, por lo que se espera haya humo blanco a partir del último día del mes de febrero o a principios del mes de marzo, dejando todavía en incertidumbre las directrices que llevará a cabo el nuevo representante de la Iglesia Católica, en un escenario de encono hacia la curia romana y sus subalternos por casos de pederastia en varios países.
Joseph Ratzinger, quien posterior a su retiro de la silla papal, pasará sus últimos días en reflexión cerca de las oficinas del nuevo Papa, dejará una Iglesia Católica cada vez mas desprestigiada por los casos de abuso sexual de sacerdotes en contra de infantes, y cada vez más alejada de la realidad social al negar cualquier derecho a las mujeres en materia sexual, entre otros y muchos temas más.
A lo largo de los casi 8 años de papado, Benedicto XVI tuvo que afrontar las filtraciones a la prensa de documentos oficiales por parte de su mayordomo, en lo que se llamo el caso Vatileaks,  en los cuales dichos escritos revelaban la encarnizada lucha por el poder al interior del Vaticano y las complicidades y omisiones que a propósito hubo en la jerarquía católica al encubrir, por muchos años, abusos de miembros relevantes de la Iglesia, como fue el caso del padre Marcial Maciel, pederasta mexicano y fundador de los Legionarios de Cristo.
En los próximos días, no sólo los cardenales del mundo, entre ellos el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, definirán el nombre del nuevo Papa, también se determinará que tipo de doctrina impulsará en los próximos años la Iglesia Católica, ante los cambios y desafíos, principalmente, por la caída permanente del número de fieles y la falta de vocación que ha hecho que cada año haya menos curas y candidatos a serlo. 
El maestro Ratzinger, por lo pronto, tendrá tiempo a partir del mes de marzo, para seguir escribiendo, reflexionando, sobre la moral y la doctrina, y poder influir en poco o mucho en las trascendentales decisiones que tome el nuevo Papa. ¿Italiano ó de otra nacionalidad? En los próximos días lo sabremos, cuando salga humo blanco y se anuncie la histórica frase: Habemus Papa.

Y si queremos transpolar esta historia de la esfera religiosa a una más político, podríamos terminar con este artículo con la reflexión de Carlos Ruíx Rodríguez: "Sin proponérselo, Ratzinger le da una lección a mandatarios que basan su poder en aparecer ante los suyos como imprescindibles. Ese culto a la personalidad se justifica con numerosas excusas, desde el carisma insustituible del líder, hasta la inoportunidad del momento para dejarlo, pasando por la necesidad de preparar adecuadamente la sucesión. Todos esos argumentos podrían haberse utilizado también para prolongar el pontificado de Benedicto XVI. Sin embargo, él antepone la salud de la Iglesia a cualquier otra consideración. Y lo hace sin amagar, sin dar a entender sus intenciones a fin de que se levante un coro para pedir que continúe, como una piedra más en el largo camino que inaugura Pedro. Por eso, la Iglesia es distinta."

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martes, 5 de febrero de 2013

Julio, Zamora y Rojas suenan fuerte para integrar la terna del Consejo de Estado

De izquierda a derecha Alberto Rojas, Alexei Julio y Martha Lucía Zamora

De acuerdo con las votaciones que habrían tenido lugar en el Consejo de Estado para conformar la terna de candidatos a ocupar el cargo de Magistrado de la Corte Constitucional, en remplazo del ex magistrado Humberto Sierra Porto.  Tres han sido los candidatos que más se han acercado a obtener la mayoría necesaria para hacer parte de ésta terna.

Los nombres de los posibles candidatos son: Alexei Julio Estrada, quien ha ejercido el cargo como magistrado encargado desde la salida de Sierra Porto al terminar su periodo y quien tiene una importante trayectoria en la corporación como Magistrado Auxiliar.

Martha Lucía Zamora, actual coordinadora de la Unidad de Fiscales de la Fiscalía General de la Nación ante la Corte Suprema de Justicia y quien ocupó brevemente el cargo de Fiscal General de la Nación al momento de ser declarada nula la elección de la ex Fiscal Viviane Morales, es de los tres candidatos, la más 'segura' dentro de la terna, teniendo en cuenta que según la ley de cuotas al menos una mujer debe hacer parte de éste grupo de candidatos.

Por ultimo, Alberto Rojas, ex candidato a Contralor General de la Nación y con una importante trayectoria política.

A simple vista, los candidatos Julio y Zamora deberían ser los más opcionados teniendo en cuenta su trayectoria profesional.  Sin embargo, cabe destacar como señala el portal La Silla Vacía que Rojas ya lleva varias elecciones en el Senado (quien finalmente elige al próximo Magistrado de la Corte Constitucional), razón por la cual, los cálculos políticos podrían terminar imponiéndose sobre la meritocracia.

Sin embargo, estas siguen siendo cuentas preliminares.  Ninguno de los candidatos ha obtenido los 21 votos necesarios para asegurar un lugar en la terna, razón por la cual, todavía es posible que alguno de los 20 candidatos inscritos cobre fuerzas en detrimento de alguna de estas tres candidaturas que han sonado fuerte en estas primeras rondas de votación.