miércoles, 27 de marzo de 2013

Las objeciones de Pastrana al proceso de paz

Ex-presidente Andrés Pastrana

Tras el fallo desfavorable para Colombia de la Haya, el Presidente Santos quien se sentía injustamente castigado por la opinión pública sugirió el levantamiento de las Actas de la Comisión Asesora de Relaciones Internacionales en la que tienen asiento los ex presidentes colombianos para determinar la responsabilidad en el manejo del caso de los dos gobiernos que tuvieron en sus manos la disputa de soberanía (Andrés Pastrana y Álvaro Uribe).

El ex presidente Pastrana al parecer entendió tal solicitud como un ataque directo a su administración y un hecho que según él, de haberse concretado haría que se pierda la confidencialidad de los temas tratados por la comisión y que ningún expresidente acepte integrarla.

Posteriormente vino la renuncia de Andrés Pastrana dejando en claro el distanciamiento de un presidente que hasta el momento ha mantenido una importante representación minsterial por parte de miembros del ala 'Pastranista' del Partido Conservador en el Gobierno de Juan Manuel Santos.

Lo que no se esperaba es que las diferencias iban a escalar al punto que Pastrana afirmara que Santos no tenía un mandato para la paz.  Especialmente, siendo Pastrana el impulsor de los diálogos de paz en el Caguan que se extendieron por más de 3 años también con las Farc y que incluyeron despeje territorial.

El Ministro del Interior, Fernando Carrillo respondió de forma airada a los reclamos de Pastrana señalándolo de haberse aliado con la extrema derecha y recordando que no hace falta un mandato específico para la paz porque la constitución colombiana señala su búsqueda como uno de los deberes del estado.

El Portal Ola Política ha respondido una a una las objeciones de Pastrana al proceso:

No se requiere mandato expreso para buscar la paz

Es verdad que el presidente Santos no pidió en la campaña electoral un mandato para hacer la paz. No era necesario. Lo tiene por mandato de la Constitución Nacional. Artículo 22: “La paz es un derecho y un deber, de obligatorio cumplimiento”. Ese deber también obliga a los expresidentes de la República.



¿División en el país? ¿División en las Farc?

Claro que el país está dividido, por muchas razones. No hay en Colombia propósitos nacionales. Es una lástima. Pero también estaba dividido durante su gobierno. Más que en otras épocas. Pastrana perdió la primera vuelta presidencial con el candidato liberal Horacio Serpa, y ganó la segunda por menos de tres puntos. El 47 por ciento de los ciudadanos que votó en 1998 no estuvo de acuerdo en que el candidato conservador fuera el Presidente de Colombia. No obstante el Partido Liberal, en una oposición patriótica, le brindó un amplio y desinteresado respaldo para que pudiera hacer la paz, que no logró.

Cuando critica que estamos en un proceso electoral faltando un año para elegir Congreso y quince meses para elegir presidente, olvida que él sí estuvo negociando durante una época muy próxima a las elecciones. Lo hizo hasta febrero de 1998, a pocas semanas de elegir el Congreso de la República y a solo tres meses de elegir al nuevo Presidente de la República.

¿Que no están los jefes militares negociando? Él mismo reconoce que en la mesa de El Caguán no estuvo Jojoy, ni se sentó Marulanda. Apenas merodeaban por la zona, muy a sus anchas como estaban allí. Olvida el expresidente que las Farc durante 49 años se han distinguido por su vertical y jerarquizada comandancia y que el jefe superior, Timochenko, como se ha demostrado, está muy al tanto de lo que ocurre en Cuba. Además, ninguno de los jefes que echa de menos ha manifestado que no se siente representado en la Mesa. Allí sesiona, por cierto, como coordinador del grupo revolucionario, nada menos que  Iván Márquez, uno de los históricos y de los duros.



Uribe se opuso a la paz de Pastrana

¿Qué pasa si alguien de la extrema derecha desconoce los resultados de la negociación? Toca hacer los acuerdos sin su beneplácito y ejecutarlos. Lo mismo hubiera hecho Pastrana si firma en El Caguán. El doctor Uribe Vélez, a quien se refiere, propuso la fórmula de guerra a ultranza fue en su gobierno. Uribe argumentó por la confrontación armada sin dilaciones, sin contemplaciones, de manera total, fue a propósito de su proceso de paz. La memoria es frágil. Si Pastrana logra la paz hubiera tenido que firmarla y ejecutarla por encima del criterio de Uribe Vélez, y este tal vez no hubiera sido Presidente de la República, al menos ese año de 2002.


El Presidente Santos si ha convocado al país y a la clase política. Incluso de manera pública se ha manifestado a favor de expresiones de solidaridad que surgen frecuentemente desde espacios diferentes a los de su gobierno. Para la muestra un botón: la marcha del próximo  9 de Abril. El convenio de que “nada está acordado hasta que todo está acordado”, es lógico. Si se malogra el proceso después de haber llegado a determinadas coincidencias y a pareceres conjuntos, no se podrían ejecutar. Porque, sencillamente, como no hubo acuerdo para la paz, la guerra sigue.



El cuento de la “espada de Damocles referido  a la Corte Internacional, es relativamente cierto. Por consiguiente, relativamente inaplicable. Si el gobierno hace acuerdos a la luz del marco jurídico para la paz, que es un mandato constitucional; si los acoge el Congreso; si para abundar en legitimidad se impone algún mecanismo de consulta popular; es claro que el país, en su criterio soberano los respalda  y son de obligatoria aplicación. Por lo demás, la justicia internacional complementa la justicia de un país, no la reemplaza. Y la justicia, aquí y en Cafarnaúm, es la que señalan las leyes del respectivo país.



Los terroristas en La Habana, los mismos de El Caguán

Dice el expresidente que las Farc son un grupo terrorista, como si descubriera el agua tibia. Mucho antes de que algunos países lo incluyeran en sus listas de indeseables y mucho antes de El Caguán, ya lo eran. Las Farc han ejercido la violencia durante 49 años, a lo largo de los cuales han realizado asaltos, colocado bombas, sembrado minas, asesinado, robado, secuestrado, asaltado guarniciones, incendiado, realizado terrorismo. Con esos terroristas se sentaron los delegados de Pastrana durante la campaña. Eran los que estaban en San Vicente del Caguán cuando en enero de 2009 el entonces Presidente Pastrana estuvo abriendo los diálogos de paz, el día de la silla vacía. Con esos terroristas se sentaron sus delegados en El Caguán para la negociación. Fueron esos mismos terroristas los que lo recibieron como jefe de Estado cuando fue a visitar a Marulanda y compañía.

Precisamente se habla con esa clase de personas, reconociéndoles una intencionalidad política en sus planteamientos, para evitar que los colombianos, nuestros soldados y policías, sufran otros veinte o cuarenta años de violencia, crimen y terrorismo. Para evitar más muertos. Si la paz se hubiera firmado en el año 2000, por ejemplo, se le habría evitado al país, a nuestra sociedad, millares de dolores, millares de muertos. Todos los dolores, muertes y tragedias de los últimos trece años. En esta materia no caben engaños, ni olvidos, ni mentiras. El presidente Pastrana, en su malogrado proceso de paz,  también hubiera planteado y propiciado perdón y olvido. ¿Por qué dice ahora que no son convenientes las amnistías?



Muy bueno que el gobierno norteamericano esté pendiente del proceso y ojalá que esté presente, como todos los demás países. ¿A qué título? ¿En qué condición estuvieron en el suyo? ¿Estuvieron? Por lo pronto están Cuba, Venezuela, Chile y Noruega.

Lo más curioso es que dos Gobiernos anteriores (el de Pastrana y Uribe) que fueron antagónicos en la forma de buscar la paz, el primero mediante el diálogo mientras que el segundo apostando por una salida militar podrían terminar uniéndose por las conveniencias políticas para hacer un frente contra la alternativa de Santos y la sociedad civil por la paz.    

    

sábado, 16 de marzo de 2013

Juan Manuel Santos: Justo, Moderno y Seguro?


Falta menos de un año y medio para que termine el gobierno de Juan Manuel Santos.

Con la excusa de revisar las metas y unificar el discurso en torno al mensaje que quiere enviar a la opinión pública (desacreditada ante la falta de resultados visibles respecto al proceso de paz y aún molesta ante el fallo desfavorable de la Haya en el caso adelantado por Nicaragua sobre la soberanía de San Andrés), el presidente Juan Manuel Santos tuvo una reunión de ministros en Hato Grande en el que surgió un lema, que de ahora en adelante será repetido constantemente por parte de Juan Manuel Santos y sus ministros a modo de mantra: la búsqueda de un país más "Justo, Moderno y Seguro".

La frase levantó suspicacias y algunos no dudan en creer que más que una reunión de evaluación de resultados, lo sucedido es un lanzamiento de campaña con un lema que evoca las iniciales del presidente que aún no ha hecho públicas sus intenciones de ser candidato a la reelección.

Quienes creen ver en los últimos movimientos del gobierno colombiano el inicio del alineamiento de fuerzas para la próxima elección recuerdan que en esta reunión estuvo presente  el ex ministro de defensa de Álvaro Uribe pero fiel escudero de Juan Manuel Santos aún en contra del ex presidente desde que éste ocupa la jefatura de gobierno, además de amigo personal de Santos,  Gabriel Silva Lujan como asesor externo y que se afirme el oscuro asesor de la campaña 2010 de Santos, J.J. Rendón se haya pronunciado favorablemente sobre su posible participación dentro de la campaña de reelección de Santos.  Algunos especularon que incluso, Rendón podría ya estar asesorando al presidente sobre su imagen.

"Justo Moderno y Solidario" fue el lema de campaña del candidato Luis Castañeda, ideado por su entonces asesor de campaña, J.J. Rendón (quien no ha dudado en reciclar estrategias de campaña que le han resultado exitosas tales como el comercial "más empleo mejor pagado" usado por Juan Manuel Santos en su primera campaña). 

La única respuesta dada por el gobierno respecto a esto es que el paralelo entre el nuevo lema gubernamental y las iniciales JMS son  "pura casualidad" y que sería cursi usar las iniciales JMS para un lema de gobierno.

Una respuesta que no deja satisfecho a todos sobre la inocencia del discurso sobre un país más Justo, Moderno y Seguro.  Un país más JMS.

En especial cuando el presidente en este mismo período ha señalado su intención de no dejar la presidencia hasta que "no haya paz en Colombia".  Una condición que podría tardar uno, cuatro o incluso veinte años y que condiciona las negociaciones de paz a una eventual reelección como denunció Clara Lopez, presidenta del Polo Democrático Alternativo.

Serían muy ingenuos de hacerlo, en especial la oposición al ver que el Gobierno tiene la oportunidad (y parece estar aprovechándola) de iniciar la carrera presidencial con ventaja frente a los posibles candidatos, lanzando lemas de campaña antes de que se de el pistoletazo de inicio.


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