martes, 6 de diciembre de 2011

Santos frente a la legalización: Sí pero no

Juan Manuel Santos, presidente de Colombia

Incluso antes de su posesión como presidente, Juan Manuel Santos ha dado claras muestras de una separación ideológica de su mentor político, el expresidente Álvaro Uribe.

Las más marcadas diferencias se vieron reflejadas en el viraje en las relaciones internacionales colombiana, dando una mayor importancia al papel de Colombia frente a la región y no sólo de cara al Gobierno de los Estados Unidos.  Las diferencias de estilo que han separado al presidente de la "Seguridad Demócratica" y el que iba a ser el encargado de proteger sus políticas que coloquialmente Uribe denomina sus "tres huevitos" se pueden resumir en una simple frase, Santos ha gobernado con una agenda liberal a pesar de haber sido elegido como el continuador de un Gobierno conservador.

La última diferencia que ha salido a la luz a la opinión pública no representa ningún cambio al menos en un futuro cercano de la política Colombiana en materia de drogas.  

Juan Manuel Santos, en una entrevista para un diario Inglés afirmó que apoyaría la legalización de la marihuana y otras drogas "suaves" a través de un consenso internacional pero seguidamente aclara que no será el encargado de dar el primer paso para evitar "ser crucificado."

Diferencias apenas de forma y sin embargo, no deja de ser una nueva visión sobre el problema.  Se ha pasado de la visión de Uribe sobre las drogas casi moral sobre éste problema de salud pública en el que la dosis personal era un libertinaje donde la esfera privada debía ser intervenida "como efectivamente logró finalmente hacerlo al promover un Acto Legislativo prohibiendo la dosis mínima) a un presidente que como candidato admitió haber fumado marihuana en su juventud.

Lo más significativo de éste sí condicionado de Santos es abrir en Colombia nuevamente el debate sobre la legalización que el Gobierno de Uribe pretendía dar por cerrado con un prohibicionismo aún más acentuado.  Las afirmaciones de Santos también permiten que las personas que defienden el camino de la legalización no sean satanizadas.  Y lo que es más importante, resulta importante que un Presidente en ejercicio, a diferencia por ejemplo de César Gaviria que se pronunció después de haber abandonado su cargo en éste sentido, contemple la legalización como una posible solución al problema. 

Tal declaración recibió de inmediato el rechazo del ex presidente Uribe a través de su cuenta de Twitter quien considera que la legalización dificultará la lucha antidrogas.  

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