Es casi imposible que alguno de los galardonados al Premio Nobel de Paz obtenga el consenso de toda la opinión. A diferencia de otros de los premios otorgados (que no dejan de suscitar controversia en algunos casos particulares), el Nobel de Paz no premia necesariamente toda una vida al servicio de la paz.
En ocasiones el Comité Noruego Nobel ha tenido en consideración situaciones coyunturales para otorgar el premio o peor aún, lo han otorgado no por lo que ha hecho sino por lo que podría hacer como fue el caso de 2009 cuando fue condecorado el presidente Estadounidense Barack Obama con el Nobel llevando menos de un año en la presidencia de su país.
El Nobel de Paz a lo largo de su historia ha sido otorgado en razón a consideraciones políticas. En ocasiones ha sido demasiado prematuro otorgarlo a un personaje y en general siempre será controvertido señalar qué constituye una contribución para la paz en el mundo.
Volvamos al Nobel de Paz 2011. Como he comentado en la entrada inicial, el Comité Noruego le ha concedido el Premio Nobel a la Primavera Árabe encarnada en la activista Yemeni Tawakul Karman.
Karman es una política islámica conservadora, aunque se define como moderada ,opositora al régimen de Ali Abdalá Saleh desde 2007. Es además periodista, activista por los derechos humanos y de las mujeres en su país, alta funcionaria del partido islámico Al Islah en oposición.
Junto con Karman, comparten el premio Nobel Ellen Johnson-Sirleaf presidenta de Liberia y la activista Leymah Gbowee también de dicho país.
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